Memoria de mi enfermera nº «L»: Historia de una mamá enfermera

Imagen (C) Lola Montalvo
 
A mí me intervinieron de un problema del pie el 15 de mayo... y desde entonces estoy coja, con hierros en el dedo y con un dolor aceptable. Caminando con una bota talón, dado que no puedo apoyar la mitad del pie en el suelo.
El 19 mi hija cayó enferma. Y comenzó una de las peores etapas de mi vida...

Todo comenzó como si fuera una gastroenteritis aguda. Fiebre, vómitos y diarrea. Mi nena refería un dolor intenso en la zona bajo abdominal. La exploré y me pareció que tenía cierto reflejo en fosa ilíaca derecha. Al segundo día sin mejorar, la llevé al pediatra de mi Centro de Salud. La exploró de pies a cabeza y a él tampoco le quedó muy claro si era sólo una GEA.
      Que la vigilara...
      Dos días más tarde mejoró. Toleró dieta blanda y me alegré. Pero al día siguiente, empeoró significativamente. Decidimos llevarla a urgencias porque era domingo. METÍ LA PATA AL ENVIARLA A URGENCIAS DE UN HOSPITAL PRIVADO QUE TENEMOS CERCA DE CASA.  El médico que la vio (no la llevé yo porque estaba con el pie a rabiar de dolor...) no la exploró. Ni le sacó una analítica ni le hizo una placa ni ná... Tras tomar muestra de orina, diagnosticó infección de orina, pautó antibiótico y se quedó tan pancho. 
      Reconozco que dada mi dolorosa convalecencia no estuve bastante encima de ella... pero en ese momento no vi nada malo. Pero mi hija no mejoró y tras un día tomando el antibiótico, verla aún con fiebre y con dolor abdominal, la llevé de nuevo a su pediatra del Centro de Salud.

Su pediatra volvió a explorarla concienzudamente y aún así me expresó que le quedaba dudas, pero que debía llevarla al Hospital (Público, por supuesto...) para que le hicieran una analítica completa y radiografía/ecografía. Me ahorro el despotricamiento que ambos hicimos del impresentable que la recibió en la Urgencias del privado, que siendo hospital, no hiciera analítica de sangre... por lo menos.
      En Urgencias del Hospital Público que me corresponde por zona, tal como expliqué lo que había sucedido, cómo había empezado y evolucionado, le sacaron sangre, tomaron muestra de orina, Rx de abdomen y de Tórax y ecografía abdominal. Esto supone el PROTOCOLO ESTABLECIDO POR ABDOMEN DOLOROSO Y FIEBRE, según se me explicó. Por supuesto, el hospital privado... no tiene protocolos. Debe basarse en hacer lo mínimo necesario para quitarse al paciente rápido de en medio... ¿y que se vaya a la pública?
      La pediatra de guardia me hizo un informe detallado, puso una ambulancia de transporte para que nos trasladaran al Hospital Público de la ciudad (ellos no tenían cirugía infantil), ella ya había hablado con la pediatra de puerta del hospital al que se nos trasladaba.
      Al llegar nos entraron directamente a boxes. Nos vieron los cirujanos al poco, se le hizo otra ECO, se la ingresó en Observación y se la pasó a quirófano... todo en menos de dos horas. Sólo siguieron el protocolo, que en la Pública se sigue aunque hayan recortes de recursos y de personal. No necesito aclarar que el Servicio de Urgencias del Infantil estaban a reventar de pacientes en la sala de espera. No tengo ni que decirlo. ¿Verdad?
      Ahh, y en ningún momento dije que soy enfermera. Sé que no necesito decirlo y no lo hago... al final siempre se me nota y termina por saberse. Pero, de entrada, nunca doy tal dato. El servicio es siempre impecable en la Pública y no se necesita pedir un trato «¿especial?» por ser colegas o «de la casa», por lo menos a mí nunca me hace falta. A mí, por lo menos, no.

A mi hija le han intervenido de APENDICITIS+PERITONITIS... complicada por el antibiótico que el gili... que el impresentable del servicio de Urgencias privado le pautó para tratar una infección de orina fantasma. Ha estado hospitalizada 11 días. Sufrió una complicación de pico febril+absceso de pared que hubo que drenar y dejar herida abierta con penrose para drenar.
      Ahora está en casa y le curo yo su herida... revisión en cirugía de consultas externas esta semana.

No puedo dejar de preguntarme...
      Si yo no hubiera sido enfermera y la hubiera explorado y hubiera razonado que tras un día con antibiótico no podía esperar nada más que mejoría en una infección de orina y no el mantenimiento del dolor y la fiebre y no la hubiera llevado otra vez al pediatra... ¿qué habría sido de mi hija? ¿Estaría lo bien que está ahora o todo habría sido muchísimo peor...? ¿Por qué tengo que hacer uso de lo poco que sé de enfermedades y su clínica para que no le suceda nada grave a mi familia (es la segunda vez que me sucede)? ¿Un usuario lego sufriría peor suerte que yo?¿Por qué el médico que la vio en Urgencias del privado actuó de la forma negligente que lo hizo...? Me hace pensar que los pacientes les dan igual... sólo les importa que tengas seguro para que alguien pague lo que te hagan. Yo confié en un servicio que además pago puntualmente y ellos sólo me han proporcionado a un impresentable que no tiene ni idea y que no actuó como debía hacerlo... es más, la jodió y bien jodida (perdón por los palabros, pero hablo como madre, no como enfermera).

Esta es mi historia. No sé si a alguien le servirá de algo. A mí sí: PARA NO VOLVER A LLEVAR A NINGUNO DE LOS MÍOS A LA PRIVADA. En la Urgencia privada solo pusieron en práctica la técnica del parche, no protocolos estandarizados que si hubieran utilizado, ellos mismos habrían diagnosticado una apendicitis en mi hija. Ahora que me venga cualquier politicastro de tres al cuarto y me diga que la privada atiende igual que la pública, que le doy con el informe de mi hija en los morros... como made lo digo!

Y, por ahora, nada más. Cuidaos, por favor...

Comentarios

Fernando Campaña @ferenfer ha dicho que…
Querida Lola,
En primer lugar, preocuparme por el estado de salud de tu pequeña, espero y deseo que esté bien.

En segundo lugar, hablar del engaño privado, y esto da para mucho. Yo (de momento y digo de momento porque no si en un futuro me veré obligado a ello) no dispongo de seguro privado.
La razón, por convicción de que no se puede defender un sistema público utilizando yo uno privado.

La imagen que tenemos del sistema privado, se está construyendo a base de deficiencias del público. Me explico, si cada vez invierto menos recursos en lo público, lo colapso, harto a los profesionales, y consigo que se empeore la percepción de la asistencia recibida por las personas, lo que conseguiré es que otras ofertas me sean atractivas. Y es dónde la privada actúa y se lanza al ataque. Ahora hay más anuncios de TV que nunca sobre seguros de salud privados.

En los últimos días he tenido mucho esta conversación, debido que al ser padre recientemente en la pública, muchos que han ido a la privada me explicaban sus dudosas experiencias en unos casos y su inmensa gratitud en otros. Cosas de experiencias: experiencias como la de un amigo, Fueron muy amables, la enfermera me hizo la cama... ( A lo que yo le dije, buena forma de malgastar enfermeras, haciendo camas a sueldos bajos...)

Lo que me lleva al segundo punto:
Los profesionales de la privada, están infinitamente peor (no preparados), pagados, en comparación de sus vecinos de la pública. A lo que si le sumas competencias que adquieren sin ser suyas, los conviertes en bombas de "pocoganismo" laboral. Vamos un BurnOut en toda regla, que es sinónimo de asistencia peor.

En tercer lugar, Los protocolos. Los protocolos se han de basar en evidencia. Los de la privada lo han de saber, pero no lo quieren saber porque no lo necesitan, (les salen las cuentas de momento, no han de soportar una asistencia a una población global, y están siempre respaldados por la pública).

Solución, Denunciar. Coger la oferta dónde se dice la mejor asistencia, y a sabiendas de que no lo es, sacarles los colores con lo que es la mejor asistencia, y de paso así canalizar la ira, es lo que te recomiendo.

Un saludo Lola,
Creo que me ha dao para hacer un post en mi blog, http://www.nuestraenfermeria.es , cosa que no descarto partiendo de este comentario. Bona Nit!
Lola Montalvo ha dicho que…
FERNANDO:
estoy completametne de acuerdo con lo que plasmas en tu respuesta y eso es lo que he pretendido mostrar en mi entrada, desde un punto de vista de USUARIA y de ENFERMERA, porque no puedo ser lo uno sin ser lo otro.
La privada, hoy por hoy, es una puñetera farsa. Vale para que te vean en gine más rápido o te hagan la mamografía en un mes... y ya se van alargando los plazos, ojo! Vale para cirugías programadas no complicadas, como hallux valgus o vasectomías o extracción de tercer molar. Pero para lo importante no vale para nada. no les importan los pacientes, si no tal como bien dices, que les cuadre los números.
Muchas gracias por tu desarrollado y argumentado comentario que hago mío y enriquece mi propia entrada. Te sigo, amigo!
Y sí, gracias al cielo, mi hija está mejor, despacio, pero mejor!!!
Un abrazo
Anónimo ha dicho que…
Hola Lola, lo primero, desear que tu hija esté totalmente recuperada.
Como paciente me quedo de piedra al ver lo que están haciendo con la sanidad pública, reducción de personal, listas de espera interminables, pagar hasta por el hecho de reposar en un sillón con tu ser querido enfermo al lado...

Ahora bien, como profesional, se me antoja otra duda. Por mucha sanidad privada que sea, se supone que la persona que te atiende es licenciada en medicina y tiene que saber relacionar signos y síntomas con la patología... No le dio por realizarle una analítica a tu hija para ver esa leucocitosis por las nubes, una ecografia para ver ese apéndice inflamado o, como mínimo, un signo de Mcburney para ver si hay dolor?
Me parece denunciable...

Un enfermero indignado.
Lola Montalvo ha dicho que…
Enfermero Indignado: eso mismo digo yo...!
Muchas gracias por comentar. Un abrazo

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