Reflexiones: Profesionales TCAE
imagen obtenida en Pixabay
En esta entrada querría tocar una cuestión que, creo, es de recibo. En un hospital, residencia, centro de urgencias, residencia, ambulatorio, consultorio, clínica, ambulancia o centro de salud trabajan muchos profesionales, muchos. Pero la inmensa mayoría de las personas con enfermedad y usuarios que acuden sólo suelen ver y se fijan en los médicos y los enfermeros... como mucho. Al resto de los que posibilitan que todo funcione bien los obvian hasta que precisan algo de ellos. Así, auxiliares de enfermería-TCAE, celadores, personal de limpieza, pinches, técnicos de rayos, técnicos de laboratorio, conductores, administrativos, trabajadores sociales, psicólogos, farmacéuticos... son, en muchos casos, los grandes desconocidos, pero tan necesarios para que el sistema funcione como todos los demás. Se supone que somos un gran equipo.La labor en sanidad, en todo tipo de centros asistenciales, es una labor en equipo. Es decir, para que una persona sea atendida con éxito en cualquier centro, median muchas personas, diversos profesionales que posibilitan con su labor que las cabezas más visibles del sistema puedan hacer su trabajo. Cierto que el trabajo de máxima responsabilidad es el de los médicos y de las enfermeras, pero ninguno de ellos podría hacer nada si el resto del equipo no funcionara como la seda.
Los Auxiliares de Enfermería o Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE), antiguamente llamados «auxiliares de clínica», son un pilar fundamental en cualquier servicio de planta, residencia o de centro de salud, por poner solo tres ejemplos. Su labor, desconocida para muchos -lo sé de primera mano, dado que yo trabajé un tiempo como auxiliar de enfermería-, es básica para que tanto médicos como enfermeras puedan funcionar.
¿Qué hace o de qué se ocupa un auxiliar? Su nombre puede llamar a engaño, aunque básicamente se trata de un profesional que tiene clara sus funciones y tiene cierta autonomía, en la gran mayoría de los casos trabaja en colaboración con las enfermeras y/o los médicos. Se ocupan de la limpieza y aseo de los pacientes, de las camas... algo ciertamente complicado cuando una persona está encamada y una red de tubos y cables brota de diversas partes de su cuerpo o se insertan es espacios recónditos de la anatomía de una persona. Ayudan a los pacientes en su aseo, eliminación y alimentación. Los ayudan a levantarse y a acostarse. Se ocupan de la limpieza y reposición del material clínico, de la esterilización de todo material clínico reutilizable, en el más amplio sentido de la palabra. Se ocupan de tomar algunas constantes, como la temperatura; administrar cierta medicación -sólo en algunos sitios-, fundamentalmente oral y rectal y tomar ciertas muestras biológicas para su posterior análisis... y más que sería farragoso plasmar.
En las residencias, sobre todo en las que no hay enfermeras, como sucede en muchas privadas, se ocupan de todo el cuidado del residente, administración de medicación, toma de constantes y de valorar cuando llamar al médico/enfermera porque la situación de la persona residente así lo requiera.
Las palabras no manifiestan la realidad del trabajo que llevan a cabo los auxiliares de enfermería. Parece una labor simple, pero en absoluto lo es. En los hospitales y clínicas son, junto con las enfermeras, los que más contacto tienen con las personas enfermas y sus familiares, quienes casi siempre mejor saben cual es su estado de ánimo, cuales sus carencias afectivas, aquellas que podrían poner en dificultad la recuperación de un paciente. Son los que posibilitan su confort en higiene, alimentación, auto-imagen, movilidad, eliminación.
Y en la gran mayoría de casos, los TCAE son los grandes desconocidos en los centros asistenciales. Se les confunde con los enfermeros porque se ignora su existencia y no digamos su labor. Sólo las personas que han pasado algún periodo ingresados en un hospital como paciente o acompañante conocen su responsabilidad y saben la importancia que reviste su trabajo.
Cuando yo empecé a trabajar como enfermera, hace ya muchos años, había un póster del antiguo INSALUD, un póster informativo, que mostraba a un paciente en una cama de hospital dándole la mano a un médico -hombre-, con una tonta sonrisa dibujada en su rostro y un mensaje que rezaba: «¡Gracias, doctor!». En rotulador, muchos profesionales animados por la injusticia manifiesta de ese cartel de publicidad habían añadido: ... y celador; ... y auxiliar; ... y pinche; ... y limpiadora y enfermera; ... y técnico de laboratorio; en definitiva, una larga lista de profesionales que, todos juntos, con una labor en equipo, había posibilitado la recuperación de ese supuesto paciente expuesto en el cartel publicitario con sonrisa de afectada memez.
Hoy día un cartel de ese estilo no sería posible, porque en absoluto es reflejo de la realidad; nos reivindicamos necesarios todos y cada uno de nosotros, y las auxiliares-TCAE lo son, como todos los demás.
Creía necesaria hacer una entrada como ésta; me disculparán los que esperaban otra cosa. ¿Por qué la he escrito? Pues porque ayer estuve en una consulta de un centro sanitario con mi hijo... y aún tengo que escuchar en las salas de espera comentarios que dan protagonismo exclusivo a un único gremio de la sanidad. Algo en absoluto real. Y las auxiliares de enfermería son las grandes desconocidas, pero mira tú por donde, las más visibles en cualquier planta o servicio de nuestros hospitales, por las personas enfermas allí ingresadas y sus cuidadores habituales.
Y, por ahora, nada más.
editada el 21 mayo 2019, añadir imagen y modificación de conceptos: TCAE
Comentarios
Besos.
VELVETINA: Gracias y besos miles
JUANMA: Muchas gracias y besos.
Besos miles
Gracias por leer y por opinar. Un abrazo.
Reconocer el trabajo de TODO el equipo y darle el valor que todos y cada uno de los profesionales tienen es mi canción diaria y la llevo como bandera. Fíjate que sé que a veces no me creen y que piensan que tengo un discurso politicamente correcto, ya me conocerán.
Somos una cadena de producción, lo queramos o no , y si un eslabón falla se desmorona el cuidado de lo mas frágil que tenemos en nuestras manos, el paciente , su cuidador y su familia. Sólo hay que estar un breve tiempo al otro lado de la línea para saber qué cuidado queremos, y cómo lo queremos.
Por eso a veces no entiendo que si todos somos arte y parte (cuidadores y pacientes) ¿porque no hacemos nuestro trabajo con toda la profesionalidad ,el respeto y la sensibilidad que “el otro” se merece? Es entonces cuando me gustaría poder intercambiar los papeles, hacer magia para que por un minuto sintieramos qué se siente. Es por puro egoismo, sembremos y exijamos buenas formas de cuidado, antes o despues me tocará a mi o a los míos.
Y por eso tambien me alegra el día cuando veo cuantos buenos trabajadores tenemos en nuestra sanidad, de todas las categorias, son esas personas buenas que hacen que este trabajo merezca la pena y esas buenas profesionales que te hacen sentir satisfecha de trabajar CUIDANDO.
Yo puedo contar lo mismo que tu, tengo buenas amigas de otras profesiones y ahora tengo la suerte de conocer a otras muchas, de esas, de las buenas, de las que merece la pena hablar.
De las otras…hoy no toca hablar.
Un beso amiga, ¡que satisfacción leerte!.
Besos miles, Rosa y gracias, de corazón.
Muchas gracias por leer y por aportar. Un saludo