Reflexiones: Comunicación I
Estamos en verano. La mitad de la gente -y de los potenciales lectores de este blog- está de vacaciones o de brazos caídos por efecto del calor y por ello sigo con los temas «tranquilos»
Creo que uno de los aspectos más importantes en todas las profesiones que tratan cualquier aspecto de salud es la comunicación. En esta entrada daré un repasito a «los males» en la comunicación por parte de los profesionales sanitarios. En el siguiente, afrontaré la cuestión desde el punto de vista de los pacientes y usuarios de los servicios de salud.
Mucha gente se queja de lo enrevesado e ininteligible que resulta, para los profanos, la jerga que se utiliza en Medicina y Enfermería. Cierto. Se utilizan una serie de palabras enrevesadas y de significado desconocido para hablar sobre patologías, síntomas y diagnósticos... ¡y no hablemos de las modernas técnicas en diagnóstico y tratamiento! Se utiliza -y se abusa, en algunos casos- de un sinfín de siglas que a nosotros mismos, si no estamos muy habituados, nos llega a costar comprender. Creo que es lógico: todas las profesiones, todas las artes, todos los conocimientos tienen su propio vocabulario que puede resultar confuso para los que no están metidos en la materia. Entre nosotros hablamos y podemos soltar una enorme parrafada que, a quien no esté preparado, puede resultarle incomprensible por completo. Efectivamente.
¿Pero qué pasa -se puede preguntar alguien- cuando los médicos, los enfermeros, los auxiliares... se dirigen al paciente, al usuario, que desconoce el significado de tal terminología? Es cierto, sí, que muchos sanitarios hablan sin preocuparse en traducir lo que quieren decir cuando hablan con un paciente.
Un hombre sufría una enorme distensión abdominal y fuertes dolores cólicos. El médico, tras explorarle, le dice al paciente:
- Usted tiene una constipación habitual, una impactación intestinal de materia fecal; para resolverlo le introduciremos una sonda hasta el colon ascendente e introduciremos un líquido salinojabonoso para facilitar su evacuación.
- Y eso, ¿es grave?
El médico se da la vuelta y se va sonriendo con autosuficiencia.
El paciente se echa a llorar desconsolado por el temor que le provoca su mal.
El enfermero se le acerca, le pone una mano tranquilizadora en el hombro y le dice:
- ¡No, hombre, no tiene nada grave: sólo está estreñido!
Al rato viene una auxiliar y le pone un enema. El hombre, tras hacer la correspondiente deposición, mejora su estado y se tranquiliza.
¿Cuántas veces alguien conocido nos ha contado que ha ido al médico y que éste le ha dado una serie de explicaciones que no ha comprendido?
- Usted tiene hiperglucemia... compatible con una diabetes.
-¡Aaaah!
-Le recetaré unos antidiabéticos orales y a ver cómo evoluciona...
-¡Ummmm!
- Media pastilla antes del desayuno...
- Vaaaale.
El paciente sale de la consulta. Si alguien le pregunta qué le pasa dirá:
- No sé, pero tengo que tomarme esto: media pastilla antes del desayuno.
Muchos pacientes crónicos, sobre todo ancianos, toman determinadas pastillas que no saben para qué sirven...
Y eso sólo puede ser el resultado de una falta de explicaciones por nuestra parte como profesionales de la salud. No nos hacemos entender en numerosas ocasiones porque damos muchos conceptos por entendidos. Cuando no es así, en absoluto.
Yo misma, en mis primeros años como enfermera, utilizaba términos para mí tan naturales como 'glucosa', 'enema', 'esputos', 'sonda'... A base de encontrar a personas que no sabían lo que significaban tales palabras las he debido sustituir por 'azúcar', 'lavativa', 'mocos' o 'tubo'. Decirle a una persona profana, tras tomarle la tensión, que tiene de 120/70 le deja frío, inmutable... a la espera del dato tensional. Pero si le digo que tiene 'doce-siete' la vida toma otro color.
Esto es verídico:
En uno de los hospitales que trabajé, el primer día que me tocó turno tras unos días de vacaciones, falleció un paciente. Habíamos estado dentro de la habitación durante un tiempo, intentando reanimarlo un par de médicos, dos enfermeros y un auxiliar. Pero no pudo ser.
La auxiliar salió al pasillo. Por supuesto, los familiares, preocupados, se lanzaron hacia ella y le preguntaron. Ella respondió:
-Ha sido un exitus(1).
La familia grito aliviada... y preguntó:
- ¿Está mejor?
Yo creo que estas cosas pasan cada vez menos, en los hospitales, sí, pero sobre todo en atención primaria, porque el médico dedica más tiempo a sus pacientes que hace años y dan más explicaciones, en general. Eso sí, romperé una lanza en favor de la Enfermería y diré que tiene un enorme papel en Educación Sanitaria y en Educación para la Salud, papel que facilita el acercamiento a los ciudadanos de a pie de ciertas cuestiones técnicas, ciertas enfermedades y cientos de medidas preventivas. El acceso a Internet y las series televisivas de corte médico-científico que menudean por los medios despiertan en la gente la curiosidad por saber y el gusto por estas materias. Creo que gracias a esta moda, y la matraca que nos dan episodio tras episodio, pocos pueden dudar ya de lo que es una 'punción lumbar' o un 'TAC'... ¿o no?
El nivel de conocimientos por parte de la gente de a pie, hoy día, es más elevado que cuando yo empecé hace años, pero aún así, muchas personas me siguen preguntando por una cuestión que les agobia: ¿qué es el colesterol bueno y qué es el colesterol malo?
Por supuesto, todavía queda mucho por hacer. No se nos debe olvidar que debemos hacernos entender por nuestros pacientes y por los usuarios de la sanidad. Nuestra jerga científica, imprescindible a todas luces, la debemos reservar para utilizarla entre nosotros y en nuestros escritos.
Y, por ahora, nada más.
(1) en Medicina se suele utilizar el término exitus perteneciente al latín exitus letalis, para indicar muerte
Comentarios
En los bancos me he rendido y ya no voy. En los hospitales, como a veces son inevitables, ya no me corto y uso siempre aquella frase del personaje de Denzel Washington en Philadelphia : explíquemelo como si yo tuviera cuatro años
Y no paro hasta enterarme del todo, todito, todo.
Besos. Me encantan estas entradas con tanto sentido común.
Al menos, así lo parece.
Un beso
MIARMA: Sí es verdad que muchas veces, tanto médicos como enfermeros -algunos, no todos-, utilizan su vocabulario especial como forma de marcar distancias. Es cierto. También es cierto, y creo que ese es el problema real, que muchos profesionales de la salud no disponen de herramientas sociales para tratar con sus pacientes. Esto suele ser un "arte natural" del que se dispone o no, pero que nadie te enseña. Se actúa por instinto social: ser amable, tener empatía, saber captar la cara de paisaje de los pacientes ante nuestras explicaciones... es algo que se puede aprender, cierto, pero que nadie te enseña en la carrera. Otros disponen de estas herramientas de forma innata.
Besos miles, Rafael. Gracias.
Besos y gracias por opinar.
Y pienso, que toda esta incapacidad que tienen algunos profesionales para comunicar lo necesario, para adaptarse a la persona que tienen delante, no viene de que se sea más o menos comunicativo, no, sino que surge de una soberbia descomunal y lamentablemente es una absoluta falta de profesionalidad.
En nuestro medio, si no comunicamos, estamos faltando gravemente a nuestra función como médicos, como enfermeras, como auxiliares...
A mi me hace mucha gracia observar cómo cuando el médico se retira... el paciente (que mira que tiene que tener paciencia) con una voz muy cómplice se dirige a la enfermería y prengunta eso de que... "Oye Ana... ainsss... ¿qué es lo que ha dicho?. Entonces es cuando ese rostro perplejo acaba por soltar lastre y empieza a sonreír.
Genial tu entrada!!!
Besos
ANA: cierto, en muchas ocasiones algunos profesionales se creen por encima del sujeto de su atención... algunos, por desgracia, sólo ven patologías, casos clínicos, números de cama o vías que coger y no quieren captar que detrás de un "paciente" hay personas que necesitan entender, que necesitan saber para poder afrontar su padecer o para tranquilizarse. También es cierto que nosotros, como enfermeros, estamos más cerca del paciente en muchas ocasiones y que nuestra labor con ellos nos da un tiempo precioso para informarles de muchas cosas que ayudan a mejorar su colaboración y que fomentan el autocuidado. Por ello la Enfermería busca cuidar y por ello es una profesión tan maravillosa y fascinante.
Gracias por tus palabras. Un fuerte abrazo.
Amen.
Bien de todos modos y aunque en las nuevas generaciones parece que el tema está cambiando, aún siguen entrando "doctores" que utilizan la terminología médica como signo de distinción y escribir mal y así es letra de médico...
Muchas gracias, Rafael, por visitar este blog, por leer, por comentar. Un saludo
"¡Qué usted no se entera! ¡Que su epífora es normal!"
Gracias por visitar este espacio, por leer y por opinar. Un abrazo
Un beso y Felíz Agosto.