Tarde y mal. No Me siento representada...
El CGE ha tardado demasiado en dar una respuesta a las dañinas palabras del OMC, esas que nos lanzaban a la cara afirmando que la prescripción enfermera es un peligro para el enfermo o algo así…, palabras que, todo sea dicho, no reflejan el sentir de todos los médicos, pero esa es otra cuestión. En fin.
Muchos pensábamos que el CGE tardaba en
reaccionar porque estaba organizando una respuesta elaborada con argumentos
irrebatibles sobre la idoneidad de la prescripción enfermera, con datos y una
exposición detallada y comparada de nuestra actividad esa que se lleva a cabo a
diario con magníficos resultados y un gran beneficio para enfermos y usuarios, que
se explicaría y darían datos de la prescripción enfermera andaluza, de nuestro
quehacer en comparativas con enfermeras de otros países… Pues no.
La imagen, para mí, patética que se vio
ayer en los medios (con descalificaciones innecesarias; pienso que con
argumentar era suficiente) no quiero que me refleje como enfermera. No quiero
que esas palabras me representen. Porque los medios hablan de guerra… ¿qué
guerra? Ni yo ni la mayoría de los enfermeros estamos en guerra contra nadie. No
tenemos enemigos, que sepamos… No luchamos contra nadie. Nuestra reivindicación
de días atrás iba y va en defensa de nuestro quehacer y en el rechazo de unas
manifestaciones que consideramos injustas y alejadas de la realidad cotidiana
del trabajo de enfermería. Protestábamos contra palabras que reflejan el sentir
de una parte de los médicos españoles, porque no todos los médicos opinan como la
OMC. No , no vamos contra nadie.
¿Guerra? ¿Qué guerra, madre del amor
hermoso? Hoy tengo la desagradable sensación, y lo digo con enorme pesar, que
mejor habría sido que nuestros representantes no hubieran dicho nada. Porque la
sensación de desaliento que ha generado es más dañina que el desagrado que
sentimos el otro día por las desafortunadas palabras del OMC. Porque yo
considero que, para que defiendan así mis intereses mejor me lo soluciono yo
sola. Uno es dueño de sus silencios, pero
es esclavo de sus palabras… Por supuesto, esta máxima no es mía pero se la
prescribo a nuestros dirigentes.
Me retiro a mis quehaceres, que junto a
de miles de enfermeros de este país pasa por hacer nuestro trabajo de la mejor
forma posible, seguir prescribiendo en el ámbito de nuestros cuidados de
enfermería como lo hacemos a diario en un marco de triste alegalidad que una
norma injusta nos ha impuesto y defender una imagen enfermera profesional,
científica, responsable, moderna y… pacífica.
Invito a leer a Comisión Gestora, «Un tiro en el pie #NoEsMiGuerra» y me sumo a sus palabras llenas de sentido, inteligencia y
honestidad. #AsíSí
Comentarios
te lo agradezco de corazón. Creo que para solucionar estas diferencias hay que dialogar y exponer nuestros puntos de vista. Descalificar no es mi estilo ni la imagen que deseo que se de de mi profesión.
Sé que tenemos razón que enfermería prescribe desde hace mínimo los 25 años que llevo de profesión y que necesitamos que se regule esta práctica; nuestra reivindicación es justa y muy beneficiosa para el enfermos/usuario. Ahora debemos buscar los cauces oportunos (que OMC y CGE no han conseguido por soberbia de ambos lados) para llegar a entendernos y consensuar nuestro trabajo en equipo...para beneficiar a los enfermos/usuarios, fin último de todo esto.
Un abrazo
Es básico: casi el 90% de las actuaciones enfermeras requieren prescribir y llevar a cabo actuaciones con productos sanitarios que sabemos utilizar de forma harto correcta y con total garantías.
La hipocresía médica es dañina y lo peor de todo es que muchos de los usuarios y enfermos se lo creen. Eso sí, no somos ni dañinos ni potencialmente peligrosos cuando les sacamos las castañas de fuego a un médico, o evitamos que tenga que hacer una visita a domicilio porque solucionamos un problema que requería que ELLOs hicieran la visita o cuando evitamos tener que llamar a un médico en una incidencia en planta o en urgencias... Sí, hay una hipocresía muy elaborada y que nos tragamos porque enfermería, aún teniendo unos 250.000 profesionales somos dóciles y aborregados... nos odiamos entre nosotros y n vamos a una nunca.Ese es nuestro verdadero problema. Y uno de nuestros más enormes problemas son nuestro representantes del CGE... eso sí que es un problemón.
Muchas gracias por comentar y por visitar este espacio. Un abrazo