Memoria de mi enfermera XLI: «Angustia»
Fotos Lola Montalvo (C)
Ya no puedo más... siento que el pecho me va a estallar. Tengo la sensación de que se me estrecha la garganta, que no puedo respirar, que el corazón se me va a salir por la boca. Un sudor frío me empapa y me duele la piel por la carne de gallina.
Cierro los ojos...
Yo puedo controlar esto, puedo, lo sé.
Sólo es miedo, una crisis de pánico. No puedo dejarme arrastrar.
Sí, puedo... pero ¡¡no puedo respirar!! ¿Y si me muero, y si pierdo el conocimiento y nadie me puede ayudar? ¡¡No, no puedo respirar, me mareo, me ahogo...!!
Cierro los ojos. Intento controlar la respiración. sé que debo hacerlo... Pero el corazón sigue como loco en mi pecho, mi boca seca, la lengua pastosa. Yo estoy aterrado.
La angustia no me deja vivir... No.
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¿Les suena? ¿Han sentido algo así alguna vez?
No es «nada más» que una crisis de ansiedad o de angustia. Algo incontrolable que, de repente, te posee y te hace sentirte enfermo y asustado. La gente le llama «crisis de nervios» o «ataque de nervios» y el sufrir estas situaciones suele asociarse, de forma totalmente equivocada, con algo banal o superficial. O con debilidad de carácter... de todo, menos lo que de verdad supone.
La angustia o la ansiedad, que no son lo mismo, pueden venir asociadas a una situación de estrés que no se ha podido poner freno o controlar. Es como si el cuerpo y la mente se rebelaran y dijeran «basta» y respondieran cada una por su lado de forma muy exagerada. Porque la ansiedad y la angustia cursan con síntomas psicológicos, cierto, pero también con una gran variedad de síntomas de índole físico que le hacen sentir a uno enfermo de verdad.
Hoy día, en la coyuntura de crisis que estamos sufriendo, cada vez se ven más casos en las consulta y cada vez más la gente en general va al médico por uno de estos motivos. La posibilidad o realidad de quedarse sin casa o sin trabajo, estar parado mucho tiempo sin posibilidad de encontrar un empleo, la retirada de prestaciones sociales y/o sanitarias, el desamparo por parte de nuestras administraciones... son causas o desencadenantes patentes de situaciones de estrés y, por tanto, de ansiedad o angustia. Somos seres BIO-PSICO-SOCIALES, lo que quiere decir, que todo problema o agresión que afecte a una de estas esferas, biológica-cuerpo, psicológica o social, puede llegar a afectar a las otras dos, llevando al individuo a enfermar .
Cuando encontremos a alguien en esta situación procuremos ayudarle de forma positiva y, si no se ve capaz de afrontar por sí mismo esta situación, debemos recomendar que acuda al médico. Tiene tratamiento y se puede ayudar a curar con diversas terapias. Si somos nosotros los que lo sufrimos, ya sabemos...
Hay situaciones en las que la coyuntura nos supera y no podemos evitar que algo así nos suceda, pero en general, para evitar una situación de estrés o para paliar la ya existente es recomendable: intentar afrontar la vida con espíritu positivo, hacer ejercicio físico de forma regular, llevar una dieta sana y equilibrada, no abusar del alcohol y evitar todo tipo de drogas, tabaco incluido; perder peso en casos de obesidad y/o sobrepeso, acudir a grupos de formación en casos de sufrir alguna patología crónica. Ayudar a los demás es algo muy positivo en nuestras vidas e intentar superarse a sí mismo en todo lo posible: estudiar, aprender idiomas o técnicas artísticas, bailar, aprender y practicar un deporte... Todo lo que se les ocurra.
Aunque, por desgracia, siempre hay -y últimamente se ve cada día más- situaciones que se escapan a nuestro control, casos en que la realidad nos supera y caemos.
Cuidaos, por favor.
Y, por ahora, nada más
Comentarios
...y no solo somos bio...sino que también aunque nos cueste admitirlo somos ...bio -química.
Besos miles amiga ...
Nuestra parte biológica no es más que bioquímica... serotonina, dopamina, adrenalina, histamina... en equilibrio, funcionan a la perfección. Pero con baches...
Besos miles y gracias por seguir ahí, amigo Tomae, como siempre.
Espero haber podido ayudar con esta entrada y orientar hacia qué es lo que pasa y qué hay que hacer: acudir al médico. En situaciones incipientes la solución es sencilla y no deja más secuela. El problema es cuando se mantiene en el tiempo de forma indefinida.
Besos miles, amiga Bea. Gracias por seguir leyendo y comentando en este espacio que cada vez está más solito y abandonado.