Mírame a los ojos, estoy aquí... ¡DIFERÉNCIATE!
El turno acaba de dar comienzo. En el pasillo ya se empieza a escuchar el ajetreo mañanero, el ir y venir de los que acaban de llegar que se mezcla con el caminar cansado y anhelante de los que están deseando irse a casa a descansar porque su turno está tocando a su fin.
Casi huelo a café en la oscuridad de mi habitación compartida.
Y me pregunto si hoy será el día en que mejore de mi enfermedad y pueda irme a casa como se van ellos..., o como te irás tú cuando lleguen las tres. Si hoy será el día... por fin.
Tú te pones el uniforme, aún con el velo del sueño en la mirada y sonríes a tus compañeros en el cambio de turno. Para ti es un día más, una rutina más. Pero para mí no...
Tú te pones el uniforme, aún con el velo del sueño en la mirada y sonríes a tus compañeros en el cambio de turno. Para ti es un día más, una rutina más. Pero para mí no...
Por eso te pido que, antes de entrar en tu servicio, reflexiones un segundo y me digas:
... ¿Será hoy cuando al entrar en mi cuarto me mires directamente a los ojos y me llames por mi nombre mientras me tomas la tensión o me das las pastillas del desayuno o me pones el termómetro o me auscultas el pecho?
... ¿Será hoy el día cuando, al realizar mi aseo, no me quitaréis toda la ropa dejando mi cuerpo expuesto a miradas que no deseo recibir, sintiendo cómo mi vergüenza me deja sin palabras y no puedo reaccionar?
... ¿Será hoy el día en el que me llamarás por mi nombre y no por mi número de habitación o por la enfermedad que sufro?
... ¿Será hoy el día en el que, cuando des tu ronda con sus compañeros, te sientes en mi cama unos segundos y me hables directamente a mí y no a tus colegas o a tus papeles haciéndome sentir un animal de laboratorio?
... ¿Será hoy el día en que cuando me preguntes que cómo me encuentro me mires esperando de verdad una respuesta, invitándome con tus ojos, con tu mirada o tus gestos a que diga de verdad lo que llevo en mi interior, lo que me preocupa?
... ¿Será hoy el día, quizá, en el que al cogerme una vía o pincharme una arteria para sacar una gasometría, si fallas, pidas ayuda al segundo intento y no te emperres en conseguirlo tú mismo por una cabezonería que me deja dolorido, triste y desamparado por tu impericia o tu soberbia?
... ¿Será hoy el día en el que cuando te diga que esa pastilla no me suena o que el médico me ha puesto otra irás a revisarlo al tratamiento y no harás que me la tome con temor, considerando que las dudas que muestro por mi tratamiento no son un insulto a tu capacidad profesional? ¿No crees que tú también puedes equivocarte y que eso no te resta nada en profesionalidad y en tu capacidad, antes al contrario si eres capaz de reconocerlo y prevenirlo?
... ¿Será hoy el día en el que cuando entres en esta habitación con otro compañero para realizar una tarea dejaréis de hablar entre vosotros obviando mi presencia como si de una silla se tratara y me haréis partícipe de vuestra charla o comenzareis una nueva conmigo?
... ¿Será hoy el día en el que aceptarás mi incapacidad para entender ciertos tratamientos o procesos sin irritarte o sin escudarte en datos científicos que ni conozco ni tengo por qué hacerlo?
... ¿Será hoy el día en el que aceptarás sin condescendencia mi temor al dolor o al sufrimiento ante la inminencia de una prueba nueva o de una intervención quirúrgica?
...¿Será hoy el día en que te des cuenta que la frase: "esto no duele nada" es completamente falsa y me acordaré de ella en cuanto me duela y que el hecho de que me la digas no consuela ni reduce mi temor, antes al contrario?
... ¿Será hoy el día en que podré expresar mis angustias, mis miedos, mis preocupaciones sin recibir un suspiro exasperado o una frase hecha?
... ¿Será hoy el día en el que no me trates como a un niño bobo, porque la demencia ha limitado mis facultades o mi intelecto está dañado por otros motivos, y me trates como a un adulto, hablándome como tal pero con palabras sencillas?
... ¿Será hoy el día en el que no me llamarás abuelo ni me hablarás más alto ni me hablarás con condescendencia sólo porque soy ya viejo?
... ¿Será hoy el día...?
Sí, para ti, médic@, enfermer@, auxiliar de enfermería, celador/a, técnic@ de Rayos o Laboratorio, farmacéutic@, administrativ@... es un día más. Para ti soy un paciente más, un caso más, un número más, una enfermedad más en la habitación de siempre, en la planta o en el centro de salud en el que llevas ya muchos años trabajando. Pero, ¿sabes? no lo soy.
Por eso te pido hoy:
----oooo0000oooo----
Todos, como profesionales de la salud o con trabajos relacionados con ella, hemos cometido alguno de los errores que comento más arriba... espero que uno sólo de nosotros no tengamos todos juntos.
Necesitamos un poco de autocrítica porque, en este tema -como en otros-, no siempre hacemos las cosas bien.
Me adhiero a este Proyecto porque creo que, en nuestra labor diaria, deben primar la empatía, la humanidad, el respeto -y no sólo la seguridad, los conocimientos, la pericia y la profesionalidad que se nos exige- hacia nuestros pacientes y usuarios de salud. Sólo de esta forma se puede generar un ambiente positivo de confianza que, por otros medios, no sería posible obtener. Queremos que nuestros pacientes confíen en nuestra labor, en nuestra capacidad y profesionalidad, sigan nuestros tratamientos y acepten nuestras pautas y cuidados, pero esto sólo se puede lograr si les damos algo más. Y ese algo, por desgracia, no se enseña en las Facultades ni en las Escuelas. A veces hay que esforzarse por cultivarlo y conseguirlo cuando no se tiene de forma «natural».
Pensemos en ello; yo creo que es algo que todos podemos lograr. Mi trabajo lo he basado siempre en estos valores y produce más satisfacciones que decepciones.
¿Tú también quieres unirte? Un sólo gesto puede marcar la diferencia...
Necesitamos un poco de autocrítica porque, en este tema -como en otros-, no siempre hacemos las cosas bien.
Me adhiero a este Proyecto porque creo que, en nuestra labor diaria, deben primar la empatía, la humanidad, el respeto -y no sólo la seguridad, los conocimientos, la pericia y la profesionalidad que se nos exige- hacia nuestros pacientes y usuarios de salud. Sólo de esta forma se puede generar un ambiente positivo de confianza que, por otros medios, no sería posible obtener. Queremos que nuestros pacientes confíen en nuestra labor, en nuestra capacidad y profesionalidad, sigan nuestros tratamientos y acepten nuestras pautas y cuidados, pero esto sólo se puede lograr si les damos algo más. Y ese algo, por desgracia, no se enseña en las Facultades ni en las Escuelas. A veces hay que esforzarse por cultivarlo y conseguirlo cuando no se tiene de forma «natural».
Pensemos en ello; yo creo que es algo que todos podemos lograr. Mi trabajo lo he basado siempre en estos valores y produce más satisfacciones que decepciones.
¿Tú también quieres unirte? Un sólo gesto puede marcar la diferencia...
Y, por ahora, nada más
Comentarios
Un abrazo.
Saludos, un beso
Un beso
Un fuerte abrazo
Besos miles, Bea, amiga y gracias por leer.
Vicheando llego a tu blog y gratamente me siento por cuanto bueno y tierno encuentro.
Aunque intento alejar las penas de mi vida, que para eso ya tenemos los telediarios, la sensibilidad me gusta y espero seguir por aca si lo permites.
un saludo
Besos miles
Comprendería que estoy en buenas manos y comprenderían que cedo mi confianza en los que en realidad quieren curarme y cuidarme...
bss!
Besos miles, amigo, y gracias por todo.